martes, 10 de enero de 2012

A Vargas Llosa, que me disculpe.

Por José C. Novas. 

Hace mucho que soy admirador de Mario Vargas Llosa (el escritor), desde La Casa Verde, Conversión en la Catedral y la Ciudad y los Perros quedé convencido que don Mario es de los talentos elevados de América y el mundo, que no quede duda, Mario Vargas Llosa es uno de los grandes de las letras universales con que cuenta nuestra generación.

Al leer sus declaraciones después que le fue otorgado un titulo de "doctor honor y causa" por un centro universitario de República Dominicana
, mi conclusión es que el escritor peruano está tremendamente equivocado en su percepción sobre el actual desarrollo de los dominicanos, el proceso de transformación social, política y económica; la condición de progreso del país dista mucho de lo que ha dicho don Mario.

Vargas Llosa declaró que "ha visto como esta sociedad se ha transformado y modernizado", según él, se ha producido un gran progreso en lo cultural, lo político, lo social y económico; califica la bonanza dominicana como "una experiencia estimulante y alentadora, que debe servir como ejemplo a los demás países de América latina". Y yo digo que si los pueblos de América adoptan el modelo dominicano, es casi seguro que como naciones terminarán desintegradas, o al menos reducidas a la miseria.

Parece que Vargas Llosa se basa en lo que observa cuando asiste a los salones del Palacio de gobierno, o a las recepciones, cenas y fiestas que le ofrecen sus amigos en hoteles y restaurantes de lujo cuando visita nuestro país. No es lo mismo con guitarra que con violín, dice el refrán, para que don Mario ponga los pies sobre la tierra, sería interesante que haga la rutina de los ciudadanos ordinarios y se dé una vuelta por la ciudad capital o viaje por el interior, pero que use un carro del concho o un autobús del servicio público de esos que llaman "voladoras", para que viva en carne propia la transformación económica y cultural a la que se ha referido.

Ignora el escritor que la bonanza que le muestran es artificial, que en el país todavía hay niños que asisten a clases bajo árboles, otros caminan kilómetros a edificaciones sin puertas o ventanas, que muchas carecen de butacas o servicios sanitarios, y que cosas tan elementales de la vida moderna, como la recogida de basura a tiempo o la provisión de agua potable en los hogares, operan con deficiencias terribles. Vargas Llosa debió asesorarse antes de emitir sus juicios, porque es de mal gusto y parece una burla que alguien venga del extranjero a decirte a los nativos en su cara que la cosa está buena, cuando la realidad es otra.

Sería bueno de don Mario se entere que el país está invadido por el narcotráfico, que a las ocho de la noche la gente se ve obligada a recogerse en sus casas, que de hecho casi la totalidad están enrejadas como si fueran cárceles, porque la delincuencia camina a sus anchas por todas partes y nadie está seguro, que la deuda externa dominicana sobrepasa los 20 mil millones de dólares porque el gobierno opera en base a préstamos en la banca internacional, o sea que las generaciones dominicanas del futuro, están hipotecadas con anticipación.


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