martes, 15 de mayo de 2012

El truco de las llamadas electorales

Por Olga Capellán.- 
UNIÓN EUROPEA.- Como buena ciudadana que soy, cumplo con mis obligaciones para con la patria y hoy, precisamente hoy recibí una llamada desde Santo Domingo, supuestamente del Bloque Institucional Socialdemócrata BIS, según se identificó una señorita que me habló al teléfono con la finalidad de cuestionarme sobre mi preferencia electoral.
Buenas tardes, le hablo desde Santo Domingo y quiero hablar con la señora fulana de tal, me dijo la encuestadora Pues dígame usted, ¿ella misma le habla en  que le puedo ser útil?

Soy del Bloque Institucional y me gustaría saber cuál es su preferencia electoral, es decir: queremos saber por quien usted va a votar, me preguntó con mucha insistencia la afanada dirigente del BIS.
Señorita por favor, hasta donde tengo entendido el voto es secreto y yo hasta este momento no tengo preferencia política, además de que no doy ningún tipo de información por la vía telefónica, si usted en verdad está interesada en saber mi preferencia venga a mi residencia o diríjame una comunicación por escrito con un formulario de preguntas que yo con mucho gusto le contestaré y la jovencita decepcionada por no obtener la información que me pedía se despidió y colgó el teléfono.
En realidad no le hablé mentira alguna, pues de costumbre nunca doy información por esta vía, algo importante es que hace día que recibí una información donde se alertaban a los ciudadanos de que determinado sectores gubernamentales estaban haciendo encuesta por la vía telefónica y si la repuesta no le eran del agrado a determinado sector político, usted de inmediato lo hacían desaparecer del Padrón Electoral y así evitar que usted ejerciese el derecho al voto de no ser a favor del partido oficialista o por uno de sus aliados.
Dentro de la disyuntiva me acertó una incertidumbre el cual expongo de la siguiente manera: ¿saben los ciudadanos el costo de una llamada telefónica desde Santo Domingo hacia Europa y eso por un mísero votico?
¿De cual forma tienen los partidos políticos acceso a mis datos personales, tales como son: lugar de residencia y número telefónico a menos que empleados de la Junta Central Electoral estén facilitando informaciones privadas, que aquí en Europa es incluso prohibido?
¿Desde cuándo tenemos nosotros los votantes de ultramar esa importancia como para que los partidos nos tomen en cuentas?
¿Acaso nos han tomados en cuentas en otras ocasiones fuera del proceso electoral?
¿Cómo periodista que soy en ejercicio desde hace casi treinta años me tomarán en cuenta para darme graciosamente una de esas pensiones que está dando el gobierno de Leonel Fernández, a los colegas y cuantos otros grupos de sectores que nunca han aportados ni un solo centavo a la caja de pensiones del Estado Dominicano? mientras los trabajadores cañeros algunos de ellos con más de 49 años de servicios tienen que movilizarse para pedir que se cumplan los derechos que le asisten como ciudadanos y aún así no los logran que los pensionen.
¿Deberé yo sumarme al grupo de lambones de políticos para que me tomen en cuenta en cualquiera  de las firifollas gubernamentales y así vivir como una princesa sin haber tenido ningún tipo de méritos o sin haberle servido nunca al Estado, aunque este no es mi caso?
Señores políticos, creo que ya es tiempo de dejar de jugar con nuestras inteligencias, de no querernos sólo  llevar como vacas al matadero electoral.
Me hubiese gustado haber recibido esa llamada que recibí hoy del BIS en otros tiempos, por ejemplo, en tiempo de cuando José Francisco Peña G. estaba en sus aires para que me diera aunque fuera una botellita de las nominillas gubernamentales, pero no lo hizo porque no necesitaba mi voto.
Lo hizo ahora precisamente porque sabe que mi voto vale, y lo quiere para el volver a negociar con el PLD en caso de que Danilo Medina saliese favorecido con el voto de la mayoría en las elecciones presidenciales del próximo día 20.
Lo siento políticos farfulleros, pero guerra avisada no mata soldado.


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