Por Olga Capellán.-
UNIÓN EUROPEA.- Como
buena ciudadana que soy, cumplo con mis obligaciones para con la patria y hoy,
precisamente hoy recibí una llamada desde Santo Domingo, supuestamente del
Bloque Institucional Socialdemócrata BIS, según se identificó una señorita que
me habló al teléfono con la finalidad de cuestionarme sobre mi preferencia
electoral.
Buenas tardes, le
hablo desde Santo Domingo y quiero hablar con la señora fulana de tal, me dijo
la encuestadora Pues dígame usted,
¿ella misma le habla en que le puedo ser
útil?
Soy del Bloque
Institucional y me gustaría saber cuál es su preferencia electoral, es decir:
queremos saber por quien usted va a votar, me preguntó con mucha insistencia la
afanada dirigente del BIS.
Señorita por favor,
hasta donde tengo entendido el voto es secreto y yo hasta este momento no tengo
preferencia política, además de que no doy ningún tipo de información por la
vía telefónica, si usted en verdad está interesada en saber mi preferencia
venga a mi residencia o diríjame una comunicación por escrito con un formulario
de preguntas que yo con mucho gusto le contestaré y la jovencita decepcionada
por no obtener la información que me pedía se despidió y colgó el teléfono.
En realidad no le
hablé mentira alguna, pues de costumbre nunca doy información por esta vía,
algo importante es que hace día que recibí una información donde se alertaban a
los ciudadanos de que determinado sectores gubernamentales estaban haciendo
encuesta por la vía telefónica y si la repuesta no le eran del agrado a
determinado sector político, usted de inmediato lo hacían desaparecer del
Padrón Electoral y así evitar que usted ejerciese el derecho al voto de no ser
a favor del partido oficialista o por uno de sus aliados.
Dentro de la
disyuntiva me acertó una incertidumbre el cual expongo de la siguiente manera:
¿saben los ciudadanos el costo de una llamada telefónica desde Santo Domingo
hacia Europa y eso por un mísero votico?
¿De cual forma tienen
los partidos políticos acceso a mis datos personales, tales como son: lugar de
residencia y número telefónico a menos que empleados de la Junta Central
Electoral estén facilitando informaciones privadas, que aquí en Europa es
incluso prohibido?
¿Desde cuándo tenemos
nosotros los votantes de ultramar esa importancia como para que los partidos
nos tomen en cuentas?
¿Acaso nos han
tomados en cuentas en otras ocasiones fuera del proceso electoral?
¿Cómo periodista que
soy en ejercicio desde hace casi treinta años me tomarán en cuenta para darme
graciosamente una de esas pensiones que está dando el gobierno de Leonel
Fernández, a los colegas y cuantos otros grupos de sectores que nunca han
aportados ni un solo centavo a la caja de pensiones del Estado Dominicano?
mientras los trabajadores cañeros algunos de ellos con más de 49 años de
servicios tienen que movilizarse para pedir que se cumplan los derechos que le
asisten como ciudadanos y aún así no los logran que los pensionen.
¿Deberé yo sumarme al
grupo de lambones de políticos para que me tomen en cuenta en cualquiera de las firifollas gubernamentales y así vivir
como una princesa sin haber tenido ningún tipo de méritos o sin haberle servido
nunca al Estado, aunque este no es mi caso?
Señores políticos,
creo que ya es tiempo de dejar de jugar con nuestras inteligencias, de no
querernos sólo llevar como vacas al
matadero electoral.
Me hubiese gustado
haber recibido esa llamada que recibí hoy del BIS en otros tiempos, por
ejemplo, en tiempo de cuando José Francisco Peña G. estaba en sus aires para
que me diera aunque fuera una botellita de las nominillas gubernamentales, pero
no lo hizo porque no necesitaba mi voto.
Lo hizo ahora
precisamente porque sabe que mi voto vale, y lo quiere para el volver a
negociar con el PLD en caso de que Danilo Medina saliese favorecido con el voto
de la mayoría en las elecciones presidenciales del próximo día 20.
Lo siento políticos
farfulleros, pero guerra avisada no mata soldado.
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