Por José C. Novas.
Este relato podría parecer el pasaje de una novela o quizás el segmento de una película de acción e intrigas; en verdad tiene que ver con lo ocurrido el 18 de Noviembre de 1961 en la casa campestre de Nigua, como parte del plan de fuga de RamfisTrujilllo, en sus días de gloria una especie de príncipe, carente del linaje de sangre azul, como es tradición en otras latitudes.
Este relato podría parecer el pasaje de una novela o quizás el segmento de una película de acción e intrigas; en verdad tiene que ver con lo ocurrido el 18 de Noviembre de 1961 en la casa campestre de Nigua, como parte del plan de fuga de RamfisTrujilllo, en sus días de gloria una especie de príncipe, carente del linaje de sangre azul, como es tradición en otras latitudes.
La historiografía no es clara en los detalles sobre la fuga del hijo mimado del dictador Trujillo, cuyo mandato su familia y amigos fueron privilegiados y acumularon una fortuna, de la que nunca se supo el monto, y de la que aun disfrutan los descendientes la condición de millonarios. Han transcurrido varias décadas y los trujillos siguen gastando sin control.
Destacadas plumas nacionales y extranjeras atribuyen a Ramfis una falta de vocación política, otros lo califican un don Juan Tenorio, de lo primero tengo mis dudas, de lo segundo sobran las pruebas.
Hay quienes afirman que era torpe en cuestiones de cultura, cosa que no se corresponde el lenguaje de las cartas escritas por Ramfis o se toma en cuenta el valor intelectual de quienes fueron sus tutores en sus días de estudios. Los hechos a raíz muerte de su padre y la forma que Ramfis partió hacia el exilio, en algunos aspectos siguen cubiertos con una espesa nube, y aun persisten las dudas y las suspicacias sobre su fuga
.
Largo seria el relato si se trata de exponer la etapa turbulenta en que Ramfis asumió control de los cuerpos armados, o sea entre el 2 de Junio y el 18 de Noviembre de 1961 cuando se abandonó el país en forma secreta. Todo parece indicar que a su viaje le precedió un plan cuidadosamente orquestado, que se puso en marcha tras el regreso de sus tíos Petan y Negro Trujillo, que habían salido del territorio nacional mediante acuerdo del gobierno de Balaguer y la OEA, a fin de que se levantaran las sanciones impuestas al país en San José, Costa Rica.
Resulta sorprendente que el día 14 de Noviembre de 1961 Ramfis le notifica al Presidente Balaguer su renuncia como Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, coincidiendo con el regreso de Negro y Petan Trujillo, que fueron forzados a salir del país desde el 5 de Octubre. Otros miembros de la familia Trujillo ya habían partido, incluso la viuda María Martínez, que se fue en Agosto a Europa, y desde allí ejercía presión para que Ramfis y el resto de la familia salieran del país.
Resulta dudoso que la cúpula del gobierno, los cuerpos militares y policiales ignoraban el plan de Ramfis, cuando para esos días fue destapada la sepultura donde estaban los restos del jefe y sacados de la iglesia de San Cristóbal; el periodista Bernard Diedrich afirma en su obra que cuando el sacerdote Mario Fernández demando una explicación sobre lo ocurrido en su parroquia, el gobernador de la provincia y a las autoridades militares, le dijeron "que no se preocupara". Sacar el cadáver del país era el deseo de la viuda de Trujillo, y para ello contaba con Ramfis y con el doctor Balaguer.
Al parecer, a ejecución del plan de Ramfis fue armado en varias fases, una de ellas fue desviar la atención de la opinión pública; la prensa anuncio que el 16 de Noviembre, el general Ramfis y algunos de sus íntimos se enfrentarían en un partido de polo en las cercanías del Hotel El Embajador, al encuentro asistirían Porfirio Rubirosa y Khalil Hache.
Pero quizás el mayor montaje se hizo en torno a los prisioneros acusados de matar a Trujillo. Circuló la especie que el Presidente Balaguer le habría dicho a Ramfis "que le dejara el asunto de los conjurados resuelto", era una referencia a la masacre con la que se despidió Ramfis matándolos a tiros en una finca en el poblado de Nigua y con seguridad después dio la orden de que los lanzaran al mar desde un helicóptero, como era la costumbre, al lugar le llamaban "La Piscina".
En todo esto Ramfis no actuó sólo, al crimen se unieron otros, entre ellos el mayor Américo Dante Minervino, jefe de la cárcel La Victoria, el jefe la Policía Marcos A. Jorge Moreno, ambos dedicaron el día 18 de Noviembre a despachar mensajes en un va y ven con el fiscal Fabio Rodríguez, para justificar los movimientos de los detenidos el día 18 de Noviembre, antes de ejecutar la masacre que tuvo lugar en la Hacienda María de Nigua.
No se sabe con certeza los que estaban presentes durante la orgía de sangre, se ha especulado sobre ello, pero no se necesita ser genio para suponer quienes eran, ya que en aquellos días no se apartaban de Ramfis el coronel Luis José León Estévez, Fernando A. Sánchez hijo, Gilberto Sánchez Rubirosa, Cesar A. Saillant y el esbirro de la cárcel de Nueve, el mayor Octavio Balcácer, esa gente con alta probabilidad fue la que junto a Ramfis accionaron los gatillos para segar la vida de los conjurados del 30 de Mayo y con ello se colocaron por encima de la Ley.
Al día siguiente, o sea el 19 de Noviembre, la prensa anuncia que los prisioneros escaparon, que habían despojado de sus armas los policías que los custodiaban y los agentes aparecieron muertos en una carretera en la ruta hacia La Victoria. Tres policías asignados a la custodia pagaron con sus vidas, en lo que aparenta fue parte del plan de Ramfis y sus malandrines, a esos infelices policías no les reconoce el sacrificio de sus vidas, que equivale casi al de los que conspiraron para matar a al dictador Trujillo en 1961.
Al día siguiente, o sea el 19 de Noviembre, la prensa anuncia que los prisioneros escaparon, que habían despojado de sus armas los policías que los custodiaban y los agentes aparecieron muertos en una carretera en la ruta hacia La Victoria. Tres policías asignados a la custodia pagaron con sus vidas, en lo que aparenta fue parte del plan de Ramfis y sus malandrines, a esos infelices policías no les reconoce el sacrificio de sus vidas, que equivale casi al de los que conspiraron para matar a al dictador Trujillo en 1961.
Pero hubo más, al conocerse la noticia sobre la fuga de Ramfis, el jefe de la Aviación Militar en Santiago, íntimo de Ramfis, miembro de su Estado Mayor y antiguo jefe del centro de torturas llamado "Cárcel del Nueve", se pronuncio contra los Trujillos y ordenó un bombardeo a la pista aérea de San Isidro, quedando está parcialmente destruida. Lo sorprendente es que no hubo una respuesta al ataque a pesar ese que era el recinto militar con mejores recursos y estaba dotado con un radar para detectar cualquier ofensiva aérea.
El Presidente Balaguer y el general Ramfis mantuvieron vínculos estrechos desde su regreso apresurado de Francia donde fue informado sobre la muerte del dictador, hasta la noche de su partida el 18 de Noviembre de 1961. El Dr. Balaguer en sus Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, afirma que desconocía las intenciones de Ramfis respecto a los prisioneros acusados la muerte de su padre.
Resulta aun mas sospechoso, que al producirse la salida de Ramfis, el Presidente Balaguer designo Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas al general Pedro Rafael Ramón Rodríguez Echavarría, quien hasta esos días obedecía con absoluta lealtad a Ramfis, lo que da la impresión que el general Rodríguez Echavarría era parte del montaje, del cual Ramfis y Balaguer quizás eran los guionistas, aunque no se tratara del argumento para una película, pero si parte de la historia del pueblo dominicano.
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