lunes, 3 de octubre de 2011

El frente cultural gubernamental, sin programa definido

Por Ing. Teódulo Antonio Mercedes.

Luego de las desacertadas declaraciones del electo, en principio responsable de la Comisión Nacional de Cultura del partido de gobierno, en la cual pregonaba la necesidad de que con el incremento del turismo  y la elevación del número de visitantes de los mismos a veinte millones, podríamos cambiar nuestra identidad, la intelectualidad nacional, en la que se pueden incluir algunos representantes del Danilismo, comenzaron a cuestionar los pronunciamientos culturales del candidato oficialista, así como a quienes fungieron de expositores. 

Dicha idea, que no es nueva, produjo  la repulsa colectiva de  los sectores sensatos y no comprometidos con el boato y las nominillas que inundan las nóminas culturales, fue recogida por los estrategas del candidato en campaña, hoy sustituida por otra contraria, en la cual se pregona la consolidación de la identidad cultural dominicana.

Como el desliz fue presentado como una de las tantas cosas que “nunca se ha hecho”, era necesario  sacar a los viejos interlocutores, los cuales fueron llamados: “El frente Estético para la nueva corrupción”, por su pasado y compromiso con las administraciones culturales de los últimos siete años.

Hoy el candidato pretende remozar su discurso con el tema de la corrupción y comienza con la formación de una nueva comisión de cultura, donde los primeros son los grandes ausentes, presentando esta vez, botellas bien remuneradas del cuerpo diplomático y algunos activista culturales de pocas luces.

Criticando la corrupción como elemento genérico, pero rodeado de corruptos patológicos lo que con su presencia en sí, desdice de las ideas nuevas que pretenden vender a una ciudadanía que sabe lo que constituye la continuación de las mismas gentes enquistados en los estamentos culturales del gobierno.
El nuevo lanzamiento se realizó en el Palacio Consistorial, albergue  de una municipalidad caracterizada por los negocios poco transparente y un servicio ineficiente de la limpieza de la ciudad patrimonio de la humanidad.

Para el evento, se acudió a grupos folklóricos y culturales que actuaron en el  Parque Colón, que entretuvo a los asiduos tertuliano del lugar, que no habían visto semejante manifestaciones artísticas en las gestiones municipales del incumbente de la sindicatura. 

Esta vez, el coordinador de la comisión fue  el doctor Oscar Holguín Veras, quien  afirmó que será una prioridad trabajar para elevar el acervo cultural del pueblo dominicano, el cual es imprescindible y mandatorio moralmente.

Así como hace el candidato, no habló de nada cultural en concreto, no dijo que para conservar nuestra identidad nacional, es necesario rehabilitar todas las instituciones culturales que languidecen en el abandono.
No se comprometió a preservar los bienes materiales culturales que todavía están en los destartalados centros culturales, que la población reclama cuando algún turistas informado, se da cuenta desaparición de piezas en los centros de exhibición, como aconteció recientemente con un arcabuz en el abandonado Faro a Colón.
No habló de las reparaciones que necesita la plaza de la cultura, hoy en el olvido más plaza del olvido que de actividades culturales.

En su lanzamiento, no se acordaron de las escuelas de formaciones culturales, sin las cuales la continuidad de nuestros valores culturales puede ser llevado al capítulo en peligro de extinción y que hoy no están  en operaciones y cuando están, realizan sus operaciones en la miseria.

Nadie se acordó de las casas de culturas de los pueblos, donde lo que están, también son dominicanos con iguales derecho que los demás, pero que el gobierno que aúpa su candidato, solo dispone de porcientos insignificantes para esas regiones.

Cuando el exponente afirmó que  la cultura  es un factor de bienestar y beneficio, tanto en lo material como en lo espiritual de los seres humanos, no pensó que ese factor debe ser cuidado y atendido como las demás instituciones del estado otorgándole programas consensuados con la población antes de su ejecución, olvidando los criterios caudillesco que han determinado las realizaciones de obras costosísimas y no prioritaria para el desarrollo nacional.

Este evento, constituye un atraso con relación a la visión que presento Miguel Collado que  también pregona la candidatura del ilustre Sanjuanero, pero que no forma parte de la estructura obsoleta partidaria
El señor Collado, no se va por la rama como su candidato y afirma lo siguiente: “En ese sentido, se impone trabajar en la formulación de un programa de gobierno … que en el mismo queden consignadas las cosas que andan mal, las que procede sean continuadas y las que nunca gobierno alguno ha hecho en nuestro país en materia cultural.

En la lista de las cosas que andan está la actualización de la legislación vigente que norma el sistema cultural del Estado; desarrollo de las industrias culturales y vincularlas al sector turístico; rescate del Sistema Nacional de Casas de Cultura, con la finalidad de incorporar las provincias al nuevo proceso de desarrollo cultural; implementación de una estrategia nacional de fomento y promoción del Sistema Nacional de Bibliotecas, priorizando la reapertura de la Biblioteca Nacional “Pedro Henríquez Ureña”; apoyo a las iniciativas que contribuyan al desarrollo de la industria del cine; y apoyo a los organismos que representan al Ministerio de Cultura en el exterior poniendo más atención al quehacer cultural-espiritual de la diáspora intelectual dominicana”.

Estas ideas junto a otras que se dedican a otros aspectos, constitituyen marcos de discusiones para la rehabilitación del malogrado sistema cultural nacional luego de la gestión que todavía está en vigor.
Pero parece que el sistema de la centralización de las opiniones que caracteriza el grupo hegemónico del poder, constituye una retranca para el avance y desarrollo del sistema cultural y educacional de la nación dominicana y sólo con el desplazamiento del poder de quienes así conducen la cosa pública, es posible un cambio para rumbos mejores del quehacer cultural de la nación.

28 de septiembre de 2011. Santo Domingo, República Dominicana

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