Convivir un país con el asesinato a manos de sicarios, dirigido o no, contra el cantautor argentino y-sin importar sus nacionalidades-esto es, si son guatemaltecos, de la región o internacionales. Facundo Cabral, o “el señor de las palabras” no será olvidado por la humanidad.
Debemos cuestionarnos,-¿qué hacer? Seguimos atónitos ante tantas sangres derramadas en hechos bárbaros que a diario nos despierta Latinoamérica o, tomamos el mando de nuestro destino político como región, o continuamos echándole la culpa al tercer mundo bautizándola como zona bananera y así nos lavamos las manos.
A pesar de la resistencia de remanentes caudillistas civiles y militares del pasado y no precisamente “quijotes”, que, cabalgando antojadizamente hacen y deshacen a diario a todo lo que no les conviene.
Guatemala: con una población en el 2008 de más de 13 millones de habitantes. Cuna de la civilización maya; hace frontera con México, Belice, golfo de Honduras y Honduras, y El Salvador.
Pero la realidad llegada de un país envuelto actualmente en una contienda política preelectoral (septiembre 2011), no ha podido contener los sollozos en todo el mundo del “sicariato por encargo, o por error” de un cantautor que revolucionó de mil maneras las palabras, con sus tres únicas armas: su prodigiosa voz, su verbo y su guitarra.
Nos quedan los recuerdos de los conciertos multitudinarios en las universidades de todo el mundo. Jóvenes estudiantes ávidos de la puesta en práctica de sus versos, de cada silaba, de cada palabra, de cada frase. Su estilo de entonar y filosofar la cotidianeidad de la vida.
Es pronto asimilarlo. Es precoz sacar conclusiones. Es penoso para el país centroamericano. Hoy, ha perdido otro ser humano inconmensurable Argentina de manera trágica en Centroamérica. Donde las series norteamericanas como: Cold case, Bone, CSI, The mentalist, Castle, The closer, y otras ficciones del celuloide que hacen posible llegar a la verdad y lograr seguir con vida, ojalá nos pudieran ayudar.
Pero ya tu guitarra y tu voz nunca me lo podrán contar…
Madrid-España.
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