JOSE ALDUEY SIERRA
Ironía del destino: el activo político más grande que tiene el PRD nadie lo defiende. Cuando se escriba desapasionadamente la historia de la democracia postrujillista en la República Dominicana, el país colocará en su verdadero sitial al gobernante que practicó la más grande cirugía social contra el cáncer incrustado en el estamento militar más comprometido con el crimen político de Estado .
Don Silvestre Antonio Guzmán Fernández (1978-1982), cuya valentía, arrojo y determinación ni siquiera el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ha sabido valorar y honrar en su justa dimensión. La ingratitud, el olvido y la politiquería barata han hecho que sus grandes aportes a la democracia hayan sido soslayados y tirados por la borda.
Las nuevas generaciones ignoran que la breve presencia de Guzmán en el poder (1978-1982) fue como rayo de sol fulminante que sepultó la sangrienta noche oscura de los doce años más siniestros de la reciente historia política dominicana con asesinatos, desapariciones, torturas y golpizas salvajes, solo comparables a con la horrorosa tiranía de Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961).
Rico hacendado, forjado en la fragua del trabajo honrado desde niño como gerente de la Curacao Traiding Company en Moca, La Vega, Barahona, San Francisco y Santiago, don Antonio, nacido en La Vega en 1911, logró la prosperidad empresarial a los 31 años cuando ya era productor arrocero y consumado exportador de frutos.
Su riqueza personal no fue obstáculo para que incursionara en la política y en 1961 ya militaba en el PRD, hecho que le permitió ascender al poder como Secretario de Agricultura en el gobierno del profesor Juan Bosch, en 1963.
A raiz de la guerra civil de 1965, y como fórmula para buscar una salida política pacífica al conflicto bélico, Don Antonio es nominado a la Presidencia Provisional, cargo que rechazó y en su lugar impulsó al doctor Héctor García Godoy, quien organizó las elecciones de 1966, con las cuales llegó al poder la prolongación del trujillismo: Joaquín Balaguer (1966-1978) y su poderosa maquinaria cívico- militar.
La feroz persecución y muerte de opositores sembró el luto y el dolor en centenares de familias que vieron correr la sangre de sus hijos, asesinados o desaparecidos. Las cárceles estaban repletas de presos políticos y decenas de líderes tuvieron que irse a vivir al exilio.
La era trágica del balaguerismo y el abuso de poder, que ahora algunos quieren justificar como producto de la guerra de abril de 1965, costó la vida a muchos dominicanos. Periodistas valientes como Gregorio García Castro, Orlando Martínez , Guido Gil y Narciso González (Narcizaso) perdieron la vida por defender la libertad y la democracia, y criticar al régimen. Políticos brillantes como Amin Habel Hasbum, la lider campesina doña Mama Tingó, Otto Morales, Maximiliano Gómez (El Moreno), Francisco Alberto Caamaño Deñó fueron arrestados vivos, llevados al pelotón de fusilamiento y asesinados a sangre fría. Terrorismo de Estado. La elección de Antonio Guzmán en 1978 significó la caída de aquel régimen horrendo, herencia del trujillismo, pues toda su estructura militar, encabezada por los generales Neit Rafael Nivar Seijas, Enrique Pérez y Pérez y Ramón Emilio Jiménez Hijo vió caer su imperio del crimen con la derrota electoral de Balaguer.
Luego de rebasar difíciles momentos políticos con intentos fallidos por desconocer la voluntad popular mediante golpe de Estado, superados con la intervención de una comisión mediadora internacional encabezada por el ex-presidente de Estados Unidos Jimmy Carter en mayo de 1978, don Antonio Guzmán emergió como el sol de la libertad y la esperanza.
Al tomar control del poder el presidente Guzmán terminó la era del odio y el dolor. Y pudo renacer la primavera. Don Antonio, hombre campechano de escasa formación intelectual, pero de fina inteligencia natural, templanza y firmeza de carácter, fue el arquitecto y líder de aquel proceso. Con dificultades hasta para pronunciar las palabras en un discurso, don Antonio manejo el poder con gran humildad y sencillez.
Con recia y enérgica personalidad, no le tembló el pulso para destituir a los generales corruptos y manchados de sangre. Se fue abajo aquella maquinaria militar del terrorismo de Estado. Uno por uno fueron destituidos los temidos generales del crimen y el luto. Y todo un pueblo vibrante, feliz por aquella hazaña, por aquel coraje presidencial, que reafirmó su fe y su confianza en el destino nacional.
La Ley de Amnistía dejó en libertad a cientos de lideres encarcelados por sus ideas. Regresaron todos los exiliados de Europa y el resto del mundo. Y comenzó un proceso de despolitización de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Todos los días habia incertidumbre sobre quien seria la próxima víctima, Con Guzmán terminó la era del crimen político de Estado y el miedo.
Hay una anécdota del general Jaquez Olivero, quien proclamaba con arrogancia en público que Guzmán mandaba en el Palacio, pero que él gobernaba en el Cibao. Don Antonio lo llamó a su despacho y allí lo despojó de sus insignias: “Usted ahora es un civil”. Un general que quiso sublevarse y mantener la misma conducta prepotente del régimen desplazado.
En lo económico, Guzmán levantó una nación arrasada por el ciclón David y la tormenta Federico, y nacionalizó empresas extranjeras que controlaban el oro, la bauxita y el ferroniquel y otros minerales cedidos a empresas extranjeras con contratos leoninos, como la Gulf and Western y la Rosario, que pasó a llamarse Rosario Dominicana, con el control accionario del Estado Dominicano en Pueblo Nuevo, Cotuí.
Con toda esta historia, la noche del 3 de Julio de 1982 la noticia de la muerte del presidente Antonio Guzmán, al suicidarse en una habitación contigua a su despacho del Palacio Nacional de un disparo en la cabeza, rompió el corazón de todos los dominicanos. Varias hipótesis han sido creadas alrededor de su muerte, todavía cubierta por el velo del misterio.
1) Que el presidente Guzmán cayó en una fuerte depresión por la enorme corrupción, el enriquecimiento ilícito en que incurrieron personajes y familiares cercanos de su gabinete (Su yerno el ingeniero José Maria Hernández y su hija Sonia Guzmán de Hernández , secretario y sub-secretaria administrativos de la Presidencia) que lo llevaron a pensar que su gestión había sido un rotundo fracaso;
2) Que las amenazas de su mayor rival interno en el PRD, el candidato y presidente electo Salvador Jorge Blanco de acusarlo de corrupto y someterlo a la justicia, una vez saliera del poder en 1982, acentuaron esa grave crisis síquico-depresiva y lo llevaron a pegarse un tiro en la cabeza. Las imágenes de televisión muestran el rostro apagado, demacrado, y su pelo completamente encanecido en las semanas anteriores a su muerte;
3) Que alguien le habría dado muerte de un disparo en la nuca en el baño de su despacho en el Palacio Presidencial;
Todo lo anterior ha quedado en el marco de las especulaciones. Lo que se impone, para esclarecer completamente la verdad de los hechos, es la exhumación del cadáver, para verificar la pistola utilizada para matarse y el trayecto recorrido por la bala que mató a don Antonio Guzmán, y comprobar si entró por la nuca o por la sien.
Como han hecho los chilenos con el cadáver del ex-presidente Salvador Allende, quien murió en el Palacio La Moneda, en Chile, enfrentando un golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973. Se quiere establecer con precisión y claridad científica si fue asesinado o confirmar que fue un suicidio. Lo mismo debería hacer ahora, no importa que hayan pasado 29 años del hecho, con el presidente Antonio Guzmán, guardando las diferencias con lo ocurrido a Salvador Allende, en tiempo y circunstancias completamente diferentes.
Alguien de la familia Guzmán, su hija Sonia Guzmán de Hernández, y sobretodo su partido, algún legislador del PRD, deberían impulsar la exhumación del cadáver y una investigación seria, profunda, de los hechos, por el rescate definitivo de la honorabilidad de esta familia presidencial.
Las nuevas generaciones deben conocer la verdad, como es el deseo de mucha gente que guarda silencio sobre este episodio triste de la historia reciente dominicana.
Alguien que tuvo la suerte de ver a don Antonio Guzmán en su residencia de Santiago, lleno de vida, el 3 de Julio a las 11:00 de la mañana, el ingeniero Frank Reyes, me ha pedido que reclame una estatua, tarja o busto para reverenciar de forma perenne al presidente don Antonio Guzmán, humanista, defensor del respeto a los derechos humanos, y la consolidación de las libertades públicas, el verdadero forjador de nuestra democracia moderna. Y el esclarecimiento definitiva de las circunstancias de su oscura muerte.
Más que eso, el Congreso, un legislador del PRD, debería consagrarlo a él mediante resolución (no a Joaquín Balaguer, como irónicamente lo ha proclamado ya el Congreso) como el padre de la democracia moderna, como homenaje póstumo y para hacer justicia con un gran Presidente, ahora en este 3 de Julio del 2011, en el 29 aniversario de su trágica muerte.
Completamente de acuerdo. esas son las miserias fundmentales de la dirigencia de el PRD que evitan que la gran historia de el partido mas grande y que fue el mas democratico de el pais, se convierta de nue vo en el partido de la esperanza nacional. ojalas mucho dirigentes lean este articulo
ResponderEliminarCiertamente, el periodista Jose Alduey Sierra tiene razon en su planteamiento en el sentido de que el Partido Revolucionario Dominicano no ha sabido valorar e informar a las nuevas generaciones de los aportes que hizo Don Antonio Guzman Fernandez a la democracia en el pais.
ResponderEliminarEsa brecha de libertades publicas que propicio Guzman en los cuatro anos que duro gobernando el pais (1978-1982)tuvo un significado importantisimo en la depolitizacion de las Fuerzas Armadas y por consiguiente el adecentamiento de la democracia.
Tendremos que comenzar un proyecto nuevo para reivindicar a Don Antonio y entre todos financiar la edificacion de una Estatua para asi, honrar a este paladin defensor de los derechos humanos y las libertades publicas.
todo esto es cierto .yo tenia 18 años cuando llego Guzman como simplemente le llamabamos los campesinos de mi region y el aire que se respiraba era totalmente renovado para todas las personas que de alguna manera teniamos la esperanza de ver cumplidas o realizadas las ilusiones de libertad de ideas que no existian hasta entonces y de repente apenas con cuatro añitos de haber nacido esa enorme criatura que es tan desconocida para los detractores llamada DEMOCRACIA surge la incognita muerte del padre de esta digo incognita porque soy de los que dudan de que Guzman se haya suicidado y pienso que si fue asì fue por su enorme grado de Honradez y su responsabilidad humana que desharian personas de su entorno politico o familiar
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