Tegucigalpa -- El derrocado presidente Manuel Zelaya arribó el sábado a la capital hondureña en un avión venezolano procedente de Nicaragua, tras varios meses de exilio.
Zelaya saludó el sábado a decenas de miles de seguidores que le dieron una bienvenida a su regreso al país, y dijo haber vuelto lleno de “optimismo”, casi dos años después de ser derrocado en un golpe de Estado.
“Gracias a ustedes por regresar a la tierra que me vio nacer, gracias a su lucha, gracias a su esfuerzo, compañeros”, afirmó en el primer contacto con sus seguidores poco después de bajar desde el avión venezolano que lo trasladó desde Managua, poniendo fin a 16 meses de exilio en República Dominicana.
“Venimos llenos de optimismo y de esperanza a buscar salida a la crisis. En un momento teníamos casi todo perdido, pero nunca nos derrotamos”, agregó Zelaya, quien habló en un escenario atiborrado de personas, en una plaza cercana al aeropuerto de Tegucigalpa.
El ex mandatario, derrocado por un golpe de Estado en junio del 2009, llegó al aeropuerto internacional capitalino con su esposa Xiomara Castro, dos de sus hijas y varios de sus ex funcionarios en un jet de la línea Conviasa de Venezuela.
El ex presidente panameño Martín Torrijos y los cancilleres Nicolás Maduro, de Venezuela, y David Choquehuanca, de Bolivia, acompañaron al ex gobernante. También lo hicieron el representante de la presidencia de República Dominicana Miguel Mejía y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.
Zelaya, quien lucía su tradicional sombrero blanco, rindió un “tributo a los caídos en esta lucha y en esta batalla (…), a los que derramaron su sangre en esta plaza”, y mencionó por su nombre a tres personas, entre ellas a Isis Obed Murillo, de 18 años, muerto en esa plaza (ahora bautizada con su nombre) una semana después del golpe.
“No se derramó la sangre en vano porque estamos en pie de lucha”, expresó Zelaya, quien agradeció a los diferentes grupos que integran el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), creado tras el golpe, y que aglutina a sus seguidores.
También agradeció a su esposa, Xiomara Castro, quien lo acompañó en el exilio y retornó este sábado con él a Honduras.
“Gracias, Xiomara, mi querida esposa, que me ha acompañado en las malas y en las buenas”, dijo el ex mandatario de 58 años, quien también destacó la voluntad del presidente hondureño, Porfirio Lobo, para firmar el domingo pasado en Colombia el acuerdo de reconciliación que permitió su regreso.
Zelaya subió al escenario con su sombrero y camisa blanca (había bajado del avión con chaqueta oscura) y provocó el delirio de los miles de seguidores que lo habían esperado desde la madrugada.
Su esposa dijo estar “emocionada y contenta de ver en primer lugar a nuestra familia unida y de ver el respaldo del pueblo hacia Mel”.
“Estar acá con esta gente, con este pueblo lo que nos ha llenado es de compromiso (…) hasta lograr una verdadera transformación de nuestro país”, dijo Castro, quien podría ser candidata presidencial del zelayismo en 2013, si no es derogada una norma constitucional que impide postularse a los ex presidentes.
El presidente de Venezuela Hugo Chávez manifestó: “Volvió Mel Zelaya a su patria Hondureña. Es una gran victoria del pueblo Hondureño. ¡Abajo Las dictaduras! ¡Viva El Poder Popular! Viva La Democracia Real”, dijo Chávez a través de su cuenta en la red social de Twitter.
Mel es el diminutivo del nombre del mandatario hondureño.
El presidente boliviano Evo Morales, durante un acto público, aspiró que Zelaya (2006-2009) cuente a su regreso “con todos los derechos”, civiles, económicos y sobre todo políticos para permitirle impulsar “una gran transformación … como cuando estaba de presidente”.
Agradeció la gestión de sus colegas Chávez y Juan Manuel Santos de Colombia, por impulsar el retorno de Zelaya y promover la reincorporación de Honduras a la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Felicitó, además, la intervención de los organismos internacionales, “para que ningún latinoamericano pueda ser expulsado de su país”.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa, ratificó que no apoyará la incorporación de Honduras a la OEA, mientras los responsables del golpe de Estado contra Zelaya no sean sancionados.
En un programa radial, explicó que se defienden “principios” y no “mayorías”, al minimizar las versiones de la prensa sobre que Ecuador es el único país que rechaza la incorporación del país centroamericano al organismo internacional.
Zelaya saludó el sábado a decenas de miles de seguidores que le dieron una bienvenida a su regreso al país, y dijo haber vuelto lleno de “optimismo”, casi dos años después de ser derrocado en un golpe de Estado.
“Gracias a ustedes por regresar a la tierra que me vio nacer, gracias a su lucha, gracias a su esfuerzo, compañeros”, afirmó en el primer contacto con sus seguidores poco después de bajar desde el avión venezolano que lo trasladó desde Managua, poniendo fin a 16 meses de exilio en República Dominicana.
“Venimos llenos de optimismo y de esperanza a buscar salida a la crisis. En un momento teníamos casi todo perdido, pero nunca nos derrotamos”, agregó Zelaya, quien habló en un escenario atiborrado de personas, en una plaza cercana al aeropuerto de Tegucigalpa.
El ex mandatario, derrocado por un golpe de Estado en junio del 2009, llegó al aeropuerto internacional capitalino con su esposa Xiomara Castro, dos de sus hijas y varios de sus ex funcionarios en un jet de la línea Conviasa de Venezuela.
El ex presidente panameño Martín Torrijos y los cancilleres Nicolás Maduro, de Venezuela, y David Choquehuanca, de Bolivia, acompañaron al ex gobernante. También lo hicieron el representante de la presidencia de República Dominicana Miguel Mejía y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.
Zelaya, quien lucía su tradicional sombrero blanco, rindió un “tributo a los caídos en esta lucha y en esta batalla (…), a los que derramaron su sangre en esta plaza”, y mencionó por su nombre a tres personas, entre ellas a Isis Obed Murillo, de 18 años, muerto en esa plaza (ahora bautizada con su nombre) una semana después del golpe.
“No se derramó la sangre en vano porque estamos en pie de lucha”, expresó Zelaya, quien agradeció a los diferentes grupos que integran el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), creado tras el golpe, y que aglutina a sus seguidores.
También agradeció a su esposa, Xiomara Castro, quien lo acompañó en el exilio y retornó este sábado con él a Honduras.
“Gracias, Xiomara, mi querida esposa, que me ha acompañado en las malas y en las buenas”, dijo el ex mandatario de 58 años, quien también destacó la voluntad del presidente hondureño, Porfirio Lobo, para firmar el domingo pasado en Colombia el acuerdo de reconciliación que permitió su regreso.
Zelaya subió al escenario con su sombrero y camisa blanca (había bajado del avión con chaqueta oscura) y provocó el delirio de los miles de seguidores que lo habían esperado desde la madrugada.
Su esposa dijo estar “emocionada y contenta de ver en primer lugar a nuestra familia unida y de ver el respaldo del pueblo hacia Mel”.
“Estar acá con esta gente, con este pueblo lo que nos ha llenado es de compromiso (…) hasta lograr una verdadera transformación de nuestro país”, dijo Castro, quien podría ser candidata presidencial del zelayismo en 2013, si no es derogada una norma constitucional que impide postularse a los ex presidentes.
El presidente de Venezuela Hugo Chávez manifestó: “Volvió Mel Zelaya a su patria Hondureña. Es una gran victoria del pueblo Hondureño. ¡Abajo Las dictaduras! ¡Viva El Poder Popular! Viva La Democracia Real”, dijo Chávez a través de su cuenta en la red social de Twitter.
Mel es el diminutivo del nombre del mandatario hondureño.
El presidente boliviano Evo Morales, durante un acto público, aspiró que Zelaya (2006-2009) cuente a su regreso “con todos los derechos”, civiles, económicos y sobre todo políticos para permitirle impulsar “una gran transformación … como cuando estaba de presidente”.
Agradeció la gestión de sus colegas Chávez y Juan Manuel Santos de Colombia, por impulsar el retorno de Zelaya y promover la reincorporación de Honduras a la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Felicitó, además, la intervención de los organismos internacionales, “para que ningún latinoamericano pueda ser expulsado de su país”.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa, ratificó que no apoyará la incorporación de Honduras a la OEA, mientras los responsables del golpe de Estado contra Zelaya no sean sancionados.
En un programa radial, explicó que se defienden “principios” y no “mayorías”, al minimizar las versiones de la prensa sobre que Ecuador es el único país que rechaza la incorporación del país centroamericano al organismo internacional.
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