Por Camilo Bonetti
Los dos grandes partidos han elegido ya sus candidatos. Los partidos pequeños otean el panorama para determinar con cuál les conviene más amarrar. Esta es la práctica usual en Dominicana. Uno que otro político profesional se han acostumbrado a buscarse lo suyo por esta vía y, sin ofrecer nada positivo al País, sencillamente agregan un logo más a la compaña o uno que otro slogan!
Esto me lleva al convencimiento de la corrección, de parte de la Junta Central Electoral, de cerrar esos ventorrillos políticos y legislar, vía el Congreso Nacional,
de cada día exigir más a esos partiditos para su reconocimiento oficial. El premio ha de ser siempre difícil de alcanzar!
Con ésto no quiero decir que a los grandes partidos se les deje por su cuenta. Como entidades públicas que reciben recursos del Estado están en la obligación de rendir cuentas. Sobre todo el PRD que ha sido siempre una escuela política al servicio de la sociedad dominicana.
La Junta Central Electoral se prepara para la mejor organización del certamen del 2012. Es casi seguro que repetirá mucho de lo realizado en pasadas campañas. Para comentar y sugerir algunas medidas dedico estas líneas.
Lo primero es lo primero. Qué se apruebe de una vez por todas la ley de partidos políticos!
El que se abran oficinas de la Junta Central Electoral en ciudades del exterior con gran densidad poblacional dominicana es comprensible. Esta práctica, en su desarrollo, ha mostrado su talón de Aquiles: La desconfianza que produce el que estos asuntos sean manejados por las embajadas y los consulados. Es decir, por funcionarios de un solo partido. Es imperativo una rectificación.
Tanto el PRD como el PLD tienen sus autoridades partidarias reconocidas en esas ciudades de gran densidad poblacional. En ciudades como: Caracas, Venezuela, Miami, Florida, Boston, Massachuset, New York, N.Y., Montreal, Canadá, y otras, la Junta Central Electoral bien puede designar a esos dirigentes partidarios como observadores. Así ayudarían a vencer la desconfianza de que un solo partido manipule el proceso.
En los lugares de escasa población dominicana, en esas ciudades donde la Junta Central Electoral ha resuelto, por razones económicas, no abrir oficinas, como por ejemplo: Las islas del Caribe, Tórtola, Antigua y otras, así como en las ciudades San Pedro Sula, Honduras, Managua, Nicaragua, San Salvador, El Salvador; bien puede la Junta Central Electoral implementar el mismo procedimiento que se emplea en las tarjetas de crédito.
Aprovechar las ventajas que ofrece el uso del Internet y designar un correo electrónico, controlado por dirigentes de los distintos partidos, para mantener la confianza, y que cada dominicano, no importa el lugar del mundo donde se encuentre, pueda escanear su Cédula de Identidad y Electoral, señalar por quien está votando y enviarlo al correo señalado por la Junta Central Electoral.
Huelga señalar lo poco costoso de este sistema y, lo que es más importante, cuantos dominicanos más adquirirían el derecho a que se les tome en cuenta.
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